¿Que es la hemodiálisis?
Es una técnica que se usa en personas con problemas graves de riñones y puede ser temporal o definitiva.
Permite limpiar la sangre de sustancias tóxicas acumuladas que no se elimina por orina y se restaura el balance de agua y electrolitos.
¿Cómo funciona la hemodiálisis?
- La sangre es bombeada a través de "tubos blandos" (Acceso vascular: Fístula/Cateter) hacia el dializador, que es como un riñón artificial.
- El dializador filtra la sangre y retiene macromoleculas (células sanguíneas, proteínas de alto peso molecular y nutrientes) y deja pasar toxinas, desechos y líquido acumulado.
- Las toxinas de desecho y el líquido acumulado se absorben por el líquido de diálisis y la sangre vuelve a fluir hacia usted.
- Se realiza de 3 a 4 veces por semana con una duración de 3-4 por sesión
¿Qué es necesario para iniciar hemodiálisis?
Acceso Vascular: cuando el procedimiento es de urgencia se tiene que colocar un catéter venoso central de alto flujo para la realización de la hemodiálisis. Idealmente el catéter deberá ser colocado en un hospital debido a que se considera un procedimiento de alto riesgo. Posteriormente es recomendable en todos los pacientes que van a recibir hemodiálisis de manera crónica, la realización de una Fístula Arteriovenosa como acceso vascular a largo plazo, también es posible realizar la fístula de manera anticipada, cuando se espera que la persona iniciará hemodiálisis en los próximos meses y de esta manera se evita la necesidad de un catéter de urgencia.
Unidad de Hemodiálisis: el equipo de hemodiálisis puede encontrarse en unidades hospitalarias o extrahospitalarias; en base a las características médicas de la persona, el médico nefrólogo decide si es posible realizar el tratamiento en unidades fuera de hospital.
¿Cuáles son las riesgos de la hemodiálisis?
Aunque es un procedimiento seguro y eficaz, existen algunos riesgos asociados con la hemodiálisis. Aquí se describen algunos de los más comunes:
Alteraciones de la presión arterial:
Hipotensión (presión arterial baja). La disminución de la presión arterial es un efecto secundario frecuente de la hemodiálisis. Puede estar acompañada de síntomas como falta de aire, calambres abdominales y musculares, náuseas o vómitos.
Hipertensión (presión arterial alta). En ocasiones, la presión arterial se eleva debido a la cantidad de líquido acumulado en el cuerpo. Esto puede causar síntomas como dolor de cabeza, zumbido de oídos, opresión en el pecho o falta de aire.
Calambres musculares:
Los calambres musculares son un síntoma frecuente en personas que reciben hemodiálisis. Pueden estar asociados con alteraciones en el potasio o el calcio, electrolitos relacionados con la contracción muscular. También se han descrito con mayor frecuencia cuando se eliminan grandes cantidades de líquidos grandes cantidades de agua en las sesiones.
Prurito (picazón):
El prurito es uno de los síntomas más frecuentes en personas con terapia de soporte renal que puede disminuir la calidad de vida. Se asocia con frecuencia con alteraciones en el calcio, el fósforo y las glándulas paratiroides.
Anemia:
La anemia es una complicación frecuente de la insuficiencia renal. Los riñones que no funcionan adecuadamente reducen la producción de eritropoyetina, la hormona que estimula la formación de glóbulos rojos en la médula ósea. Además, factores como la restricción de carne en la dieta y otros productos altos en proteínas pueden empeorar la anemia. La hemodiálisis también puede causar pérdida de hierro y vitaminas que contribuyen a la anemia.
Enfermedades óseas:
La insuficiencia renal puede causar una disminución en los niveles de vitamina D, lo que puede provocar descalcificación de los huesos. Además, el exceso de fosforo en sangre disminuye el calcio libre.
Sobrecarga de líquidos:
La hemodiálisis puede causar una sobrecarga de líquidos en el cuerpo, lo que puede provocar hinchazón y, en casos graves, edema pulmonar.
Complicaciones en el lugar de acceso:
Las complicaciones en el lugar de acceso, como sangrado, infecciones, estrechamientos o dilataciones de los vasos sanguíneos pueden afectar la calidad de la hemodiálisis.
Depresión: Es común que las personas con insuficiencia renal experimenten cambios de humor, incluyendo depresión y ansiedad.